Suele pasarme que cuando cocino algo, los no cocineros abren los ojos gigaaaaaantes y me dicen ¡¡¡Chau!!! cómo hiciste eso???
Así que nueva sección en este blog de minita y la inauguramos con una receta de postre borracho
Observaciones previas para mujeres: si no te ganás al muchacho en cuestión con esto, el muchacho no vale la pena.
Observaciones previas para varones: te vas a ganar el cielo preparándole este postre de sorpresa. Y si no es así, esa muchacha no vale la pena.
Cubrís el fondo de una fuente con vainillas.
La fuente tiene que ser rectangular o cuadrada, al menos de unos cinco centímetros de profundidad.
Las rociás generosamente con vino dulce, llámese moscato o mistela. Encima de eso volcás un postre Royal de vainilla.
El postre Royal es algo muy conocido; si no está en la góndola, ese súper no sirve y pronto comenzará a defraudarte. Se trata de un polvo que viene en cajita al que hay que poner en una olla con un litro de leche. Se pone al fuego y se mezcla permanentemente para que no quede un pegote negro en la olla. Si ese pegote ocurre de todos modos, hay que dejarlo en la pileta de la cocina abandonado con agua y lavandina adentro.
Es importante que el postre no esté muy caliente cuando lo tires sobre las vainillas porque sino las galletitas salen a flote y queda en evidencia la inoperancia del cocinero.
Cuando el postre esté ya rígido --no hace falta que esté frío-- nueva capa de vainillas, rociada con vino y encima el mismo postre Royal pero de chocolate.
Es ideal prepararlo el día antes, porque cuanto más frío más delicioso. Si lo preparan cerca del mediodía, como para comerlo a la noche, dénle un golpe de freezer.
Si preparan crema para acompañarlo, ya es la perdición.
Cómo preparar crema: un pote de crema de 250 ml y cinco cucharadas gordas de azúcar, mejor si es impalpable. Y a batir hasta que parezca crema, sin pasarse porque se corta. Yo uso batidora, ni mamada lo hago a mano.
Otra opción para hacerse el chef es ponerle almendras o nueces picadas arriba. Pero averiguen primero si el homenajeado es afecto a ellas, porque sino la van a regarcar.
A mi chico lo vuelve loco, una vez me hizo uno y dejó la cocina hermosamente salpicada de postre por todos lados. A mí me encantó, pero evalúen las consecuencias que eso puede tener en sus casos particulares.
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